Mucho se habla hoy en día sobre el uso del pescado en la dieta de los niños pequeños, y al respecto puede encontrarse una profusión de artículos y comentarios aquí en la web. Muchos son bastante sensatos, y hay otros que son tremendamente tendenciosos, llegando a hacer afirmaciones y propuestas que se alejan mucho de lo demostrado científicamente (y a veces del sentido común también).
Está demás decir que hay demostración sobrada respecto de los beneficios de la inclusión del pescado en la dieta: buena fuente de proteína, bajo en grasas, presencia de ácidos omega 3 (DHA y EPA entre otros), vitamina D, minerales, etc.
Existen dos consideraciones principales al momento de evaluar la edad de introducción del pescado en la dieta: una es la producción de alergias y la otra –muy “de moda” en la actualidad- es la presencia de mercurio.
Efectivamente el pescado está entre los alimentos que con mayor frecuencia pueden provocar alergias en algunos individuos, y esta variable deberá ser considerada. Asimismo, es cierto que en la carne de pescado puede acumularse en específico metilmercurio, que –dependiendo de la concentración- puede tener efectos nocivos en el desarrollo de nuestro sistema nervioso central.
Respecto de las alergias y en atención a prevenirlas y detectarlas, existen recomendaciones específicas para la introducción del pescado en la dieta.
En cuanto al metilmercurio, es sabido que los peces conforme están más alto en la cadena alimentaria presentan mayor acumulación de este elemento. No obstante, los estudios científicos aun no han establecido cuáles son los niveles efectivamente dañinos del consumo de pescado en relación al metilmercurio ingerido por esta vía. Existen por lo tanto ciertas recomendaciones avaladas por la prudencia a este respecto.
En suma, está mayoritariamente recomendado lo siguiente:
1) Introducir el pescado en la dieta de los lactantes hacia el noveno mes de vida, siempre y cuando no existan antecedentes personales ni familiares directos de alergias a alimentos. En estos últimos casos, la incorporación del pescado deberá retrasarse al menos hasta cumplido el primer año de vida, y en ocasiones bastante después.
2) Los pescados que no deben darse a lactantes y niños pequeños por su alto contenido de mercurio son la Albacora, el Blanquillo, la Caballa y el Tiburón.
3) Los otros pescados podrán usarse sin problemas, aunque algunas fuentes recomiendan retrasar un poco el uso del salmón y otros similares por su alto contenido graso.
4) Se recomienda usar pescado con frecuencia de 2 a 3 veces por semana, y cada porción ha de ser de 30 a 50 gramos en el primer año de vida (como decíamos, habitualmente desde los 9 meses y no antes).
5) La recomendación general es usarlo triturado en las papillas como fuente de proteína animal (en vez de vacuno, pollo o pavo), aunque unos pocos recomiendan dar pescado solo a los niños desde pequeños, para acostumbrarlos a la textura y sabor y evitar así rechazos en el futuro.
Este es un somero resumen que espero les sea de utilidad, y por supuesto la recomendación es que siempre consulten y conversen el tema con su pediatra.